...«Ricardo Topolanski, cuya vida física se apagó el 21 de junio, fue un dador. Lo fue en su larga práctica profesional, preocupado siempre por entregar a quienes lo consultaban lo mejor de lo consolidado por la buena ciencia y la mejor práctica, pero también siempre abierto a los avances. En eso, y con más razón en su igualmente larga carrera docente, demostró una mente ávida por lo nuevo, sin caer en la aceptación acrítica de todo lo que aparecía, sino tamizándolo con juicio atinado y justo. Fue un docente profundamente comprometido con enseñar y no solo comunicar. Fue un pionero en varias ramas de la ginecología, la obstetricia y sus subespecialidades en expansión. Fue amigo abierto, franco y leal. Fue generoso. Fue humanista, no en el pregón que parece casi una obligación verbal (muchas veces vacío) sino en el ejemplo. Escribió, pintó, se interesó por otros vericuetos de las inquietudes del espíritu. Lo practicó y a veces lo contagió. Su manera de mostrar conocimientos, convicciones y criterios fue parte de ese arte que solo pueden manifestar quienes lo llevan en el alma y no solamente en el aparato fonador.»

Extracto de lo escrito por el Dr. José Enrique Pons

 

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